sábado, 28 de diciembre de 2013

Género, peso, y el peso del género

Hace más o menos un año y medio descubrí que tenía principio de diabetes tipo 2. Mi índice de glucemia era lo suficientemente bajo como para no ser catalogado directamente como diabético, pero lo suficientemente alto como para preocuparse.

Así que tuve que dejar atrás mi poco saludable dieta y empezar a hacer ejercicio físico.

Eso se dice muy rápido, para lo difícil que es.



Hasta entonces, ver mujeres obsesionadas con dietas siempre me llamó la atención. Para mi no iba a ser la primera vez que me ponían a dieta (de niño fui obeso) y recordaba vagamente cómo funcionaba el sistema, sabía que no existía ninguna forma efectiva de, tal como anuncian en todas partes, perder peso sin dejar de comer y sin ejercicios. Es algo tan obvio y tan lógico, que cuesta entender por qué las personas siguen pensando que hay pastillas mágicas, remedios naturales ocultos por las grandes empresas farmacéuticas o secretos milenarios que permitan bajar de peso rápido (y de forma permanente) y sin sufrir.

Entiendo la necesidad estética de querer bajar de peso en las mujeres. No sólo es, como se suele señalar, que la imagen femenina en revistas y televisión sea predominantemente delgada a punta de Photoshop y anorexia. Son también las marcas de ropa que diseñan tallas pequeñas y apretadas en las zonas de los rollitos. Eso es lo que me ha llevado a pensar que la razón por la cual tantas mujeres sienten una obsesión poco saludable por los zapatos y las carteras es porque, a diferencia del resto de la ropa, da lo mismo si son delgadas o no. Siempre pueden lucirlos.

No siempre sirve que la pareja les diga que prefieren las curvas a los esqueletos, y que las quieren tal como son. En la mayor parte de los casos, el problema es que ellas mismas no cumplen sus propias expectativas. Lo cual es bueno en el sentido que quiere decir que no necesitan la opinión de uno para validarse, pero a su vez hace que nuestra opinión tenga menos peso que un archivo de texto. Y también está la otra variedad de mujer que en realidad no se quedan tranquilas con su aspecto hasta que son envidiadas a muerte por todas sus amigas. Algunas mujeres son así de raras.



En el caso de los hombres, es distinto.

Mi generación nunca se preocupó demasiado por el aspecto físico. Crecimos antes de que aparecieran los metrosexuales, antes de que los límites anticuados del género se nublasen y las mujeres empezasen a adoptar actitudes masculinas, y los hombres actitudes femeninas. Lo que está bien en mi opinión, no estoy en contra de ello ni me parece algo pernicioso, pero no puedo compartirlo porque no es parte de mí.

Cuando tuve que bajar de peso, aunque fuese por salud y no por estética, descubrí hasta que punto iba a afectar mi identidad como género.

Antes de seguir quiero aclarar que no se trata de la sexualidad. Mucha gente piensa que cuando se habla de género y específicamente de crisis de género, se está hablando de inclinación sexual. La mía es muy clara. No es de las que se inclinan, específicamente.

Se trata de que de una forma u otra, comer y comer en exceso comida poco saludable forma parte de la identidad masculina. No sé si será algo regional o no, pero se espera que el hombre coma más que la mujer, se espera que sea ella quien pide la ensalada mientras el pide la carne con papas fritas, se supone que cuando se junta con sus amigos va a comer un asado, es normal que compita con sus pares por quién es capaz de comer más empanadas, o porciones de pizza, o lo que sea. Sin ser del todo evidente, todos esos elementos de comida en exceso forman parte de lo que se espera que haga un hombre.

También se trata de que uno deja de tomar alcohol. Y eso si que define el nivel de masculinidad, especialmente en este país.

Cuando necesitas bajar de peso, ya no puedes comer lo mismo que comías, ni en las cantidades que comías, ni con la misma frecuencia. Tu cuerpo se acostumbra después de un par de meses a comer porciones más pequeñas, todos los días a la misma hora. Lo recomendado por los médicos. Y funciona, aunque en mi caso creo que mi mente no lo va a entender nunca.

Esto quiere decir que en los asados vas a comer menos carne y más ensaladas. Que te vas a comer una sola empanada. Que no vas a almorzar al Burguer King, sino que vas a comprar una ensalada en los Castaños. Que muchas veces vas a decir "no gracias". Y si estás con más amigos, no necesariamente hombres, eso va acompañado de muchas risas en tu contra y varios comentarios que apuntan a un aparente cambio súbito de condición sexual.

A veces no hace falta que te lo digan los demás. A veces, te lo dices tu mismo.

No cuento todo esto porque sufra de algún trauma al respecto. Voy a comer lo que tengo que comer para mantenerme en el peso que mi doctor me pide, y me importa un carajo lo que piense o diga el resto. Incluso lo que me digo yo mismo. Yo sigo con mi cerveza sin alcohol, mis porciones de comida y mis horarios, aunque a veces me sienta como mina por tener que decir que no voy a comer tal cosa porque tiene muchas calorías.

La vida era mucho más divertida cuando era un gordito. Pero voy a seguir cuidándome, principalmente, porque quiero seguir vivo, y eso me parece más importante.

Pero antes de concluir, me gustaría ofrecer un consejo. Tal como decía al principio, lo mío es por razones de salud. Pero si usted, querido lector, no tiene problemas al respecto, no se prive. Coma todo lo que quiera, beba todo lo que quiera, fume todo lo que quiera. Porque en algún momento, tarde o temprano, un doctor le va a decir que ya no va a poder hacerlo.

Y la única razón por la cual eso no me parece tan terrible, es porque no me arrepiento de nada :)



2 comentarios:

  1. Excelente Javi te felicito, a mi me ha costado un mundo hacer ese cambio de switch, co.o te decía, de chica sufrí por ser gorda y siempre me restringían en todo.. Mis hermanos comiendo helado y yo un yogurth diet (si, ambos hermanos eran flacos como tabla, la vida es muy cruel), luego viví toda mi adolescencia delgada, pero siempre fui maseteada, potona, tutona, pechugona (no tanto como la Dany ajajjajajajaja <3) pero en comparación a mis amigas y compañeras de esa época, parecía amazónica jahajjajajaja por lo cual jamás estube ni he estado feliz con mi cuerpo... Ahora quisiera ser como estaba de adolescente, recién ahora comprebdo que tenía el medio cuero y yo me tapaba. Antes era para querer lucirme y verme linda, ahora es netamente por salud, y no voy a negar que tambien es por verme linda, si al fin y al cabo, la imagen afecta al autoestitma y si no estas bien mentalmente también se produce un problema de salud.
    Te vuelvo a felicitar y espero poder ponerme las pilas como corresponde tal como lo hiciste tu.
    Un abrazo :)

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