viernes, 21 de febrero de 2014

Salvar al universo y quedarse con la chica



La idea general detrás de Star Wars, es que el sobrino (spoiler alert: no es realmente el sobrino) de un granjero en un planeta sin importancia se ve involucrado en una rebelión que busca derrocar el imperio, y termina siendo capaz de ser el único en realizar el disparo que destruiría la amenaza a todo el universo con la ayuda de una fuerza espiritual en la que nadie creía, y que además termina salvando a una princesa (spoiler alert, la princesa es su hermana). Uno pensaría que las advertencias de spoiler no son necesarias, pero todavía hay gente que no ha visto estas películas. Y que aún así, se hace llamar gente.

Es cierto que en el cine hay de todo tipo de géneros. Pero el cine mainstream de Hollywood, con el que uno creció en los 80, seguía hasta cierto punto esa fórmula.

Bruce Willis salvaba un rascacielos y recuperaba a su esposa. Marty McFly tenía que salvar el presente y a su familia, y se quedaba con su novia. Kyle Reese y Sarah Connor salvaban el futuro aunque ella se quedaba sola (probablemente por ser mujer). Indiana Jones nos salvaba de los Nazis y se quedaba con la chica. Los Cazafantasmas salvaban el mundo y Venkman se quedaba con la chica. Luke Skywalker salvaba a todo el universo y se quedaba con la princesa. Casi.

Antes de seguir, quiero aclarar que no creo que esto haya sido la consecuencia de una conspiración cultural que buscaba imponer valores patriarcales en las nuevas generaciones. Más bien era el síntoma. Aunque a veces el resultado es tan condenadamente idóneo que sí parece ser a propósito. Menciono esto más adelante.

En Hollywood, tienen tan claro el concepto que resulta extremadamente difícil que una película de acción o ciencia ficción en la que el protagonista sea un héroe logre financiamiento si no tiene una historia romántica, de preferencia con un final feliz. Es por eso que hasta la fecha no hemos visto una película decente de Lovecraft.

Sé también que hay gente que no se toma particularmente en serio las películas, y que quieren pasar un buen rato, que todo termine como se espera que termine. Que ganen los buenos y haya un final feliz. Sin sorpresas. Sin desviaciones. A veces, esas son el mismo tipo de personas que tienen muy claro lo que es normal y todo lo que se desvíe de esa norma debe de ser corregido o ignorado.

Pero las películas no dan lo mismo. No sólo reflejan el mundo, sino que son parte de nuestra cultura y afectan la forma en la que vemos la realidad. La mayor parte de las personas piensan que es perfectamente posible, por ejemplo, que un disparo a las piernas puede detener a alguien en lugar de matarlo en segundos si se llega a perforar una arteria. O que los silenciadores realmente silencian un arma. O que los autos explotan al caer por un barranco.

Vuelvo a la idea original.

Salvar al universo y quedarse con la chica tiene detrás dos ideas muy potentes.

Por un lado, la idea de salvar el universo. En la mayor parte del cine de los 80 hasta la fecha, las personas que salvan el universo es alguien completamente normal que de repente se ve involucrado en una aventura. Puede luchar junto a personas que están totalmente familiarizados con el ambiente en que se mueven, a diferencia del protagonista, quien se destaca de los demás y gana porque tiene algo especial que los demás no tiene. Frecuentemente, es puro de corazón, o realmente quiere creer.

O sea, un pelotudo que sale de la nada logra dominar tecnología que no ha visto en su vida mejor que quienes han recibido entrenamiento, y salva el universo. La noción de que no hace falta ser especial, de que puedes ser alguien que no tiene absolutamente nada de especial excepto un buen corazón y la intención de hacer algo noble, y que basta con una leve pincelada de conocimiento técnico y religioso para transformarte en el mejor de la noche a la mañana, es un concepto sumamente peligroso. Porque para el que no tiene nada de especial, le da la idea de que no necesita trabajar duro y esforzarse, sufrir, para obtener un resultado. Sólo tiene que quererlo con muchas ganas.

La parte de salvar el universo es igual de grave que lo anterior. Porque detrás de la idea, está el concepto de que la única forma de dar sentido a tu vida, de destacarte y lograr aceptación y admiración, es hacer algo que no sea menos importante que salvar todo el universo. No quiero decir que salvar el universo, o el mundo, no sea algo noble. Pero no es práctico. Puedes pasar toda tu vida luchando por la naturaleza o los animales, vas a lograr pequeñas victorias, pero no un cambio significativo. No durante tu vida por lo menos. Quizás influencies a las generaciones posteriores, pero si además tienes la idea de que lo quieres todo y lo quieres ahora, te vas a frustrar. Mucho. Y si lo ves desde el punto de vista conspirativo, eso es bastante útil. Porque eso te da una generación que intenta hacer algo noble, falla, y luego se queda conforme con lo que suceda el resto de su vida porque ya lo intentó.

La vida raramente es así. Por lo general, lo que tenemos son victorias mundanas. Entrar y salir del supermercado sin comprar más de la mitad de las cosas que no fuiste a buscar y ajustándote a tu presupuesto. Llegar a fin de mes. Cocinar algo más que comestible. Mantenerse relativamente sano. Eso es lo que hace la gente normal. Eso es lo que tiene valor porque es lo que mantiene el mundo funcionando.

La idea de que una sola persona pueda cambiar el curso de la historia nunca es particularmente fructífero.
Son pocos los que lo han cambiado para bien. Y si uno examina la historia de cerca, nunca es una sola persona. Hay un líder, pero no hace todo el trabajo sólo. Aunque en términos de odiar a una sola persona es mucho más fácil reducir todo a Hitler, o generalizar hacia todos los alemanes, en lugar de darse la lata de entender los matices y complejidades de los acontecimientos y dar con los responsables.

En cuanto a la última parte de la idea: quedarse con la chica tiene toda una serie de connotaciones negativas. Que las mujeres son seres que no se validan a menos que tengan a alguien que las salve, incapaces de salvarse a sí mismas o salir de un problema sin la ayuda de un hombre. Que tu vida tiene que ser validada con éxito y con romance. Que una mujer debe de ser impresionada con algo que uno haga, en lugar de con quien es.

Hay más historias que no siguen ese patrón. Y son divertidas de ver, porque es un cambio. Y porque el mundo no es tan simple ni tan plano. Y porque creo firmemente que son las pequeñas cosas las que cambian y salvan el mundo, y no las grandes revoluciones.

Esta teoría (le digo teoría, no es realmente una teoría. Es una idea medianamente elaborada de esas que se le ocurren a uno cuando está en la ducha) explicaría por qué en las generaciones posteriores apareció Jackass y los primeros Reality. Gente que no podía hacer algo realmente importante se dio cuenta que no era necesario, que podían hacer una estupidez y ser igualmente famosos. La intención de hacer algo noble se cambió por la de hacer algo que te hiciese famoso. Y cuanto más estúpido seas, más famoso eres. Creo que por eso mi generación no tiene mucho respeto por el formato. La parte democrática, en la que cualquiera puede hacerse famoso gracias a que ahora puedes hacer música, o películas, o arte desde tu pc es genial, pero al final triunfa el que es más imbécil o la que es más puta. 

Una vez más, volviendo al tema. Salvar el universo, quedarse con la chica.

Todas estas ideas se fueron filtrando de una u otra forma en nuestra generación. Por lo general sin demasiada fuerza, pero es algo que está ahí. Y cuando llegamos a la adultez, a muchos les pasa que sienten que les falta algo. Que no están realizados. Que necesitan hacer algo importante. Algunos se meten a un gimnasio o prueban filosofías orientales y después las dejan tiradas. Y siguen huveando con que les falta algo pero no saben qué. Quizás no tenga nada que ver con todas esas películas, quizás es algo completamente normal en la naturaleza humana llegados a esa edad. 

Pero quizás es culpa Skywalker.

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