jueves, 7 de noviembre de 2013

Vienen a vender, no a estimular

Esta semana tenía pensado escribir sobre otra cosa. Hasta había preparado un borrador el cual estaba retocando pero que no me terminaba de convencer. Entonces, vi el nuevo trailer de Robocop. Y preferí escribir sobre eso.


Pero no voy a hablar de Robocop.

O sea, para ser más específico: no voy a hablar de lo terrible que son los remakes, porque realmente no me parecen terribles. Sé que hay gente que se quejan de que te caguen tu franquicia favorita con un remake o reboot o lo que sea, pero cuando uno es lector de comics esas cosas no le afectan tanto. Y por lo demás, no hacen mierda la película, el libro, el comic, el juego o la serie original. Siguen estando allí, y tu las puedes ver cuando quieras. Es más, creo que el simple hecho de que el remake no quede a la altura del original a nuestros ojos, nos da a entender dos cosas:

Primero: uno nunca puede volver a casa. Cuando algo termina, es definitivo. Todo intento de volver va a ser algo distinto y siempre tiene cierto dejo a insatisfacción.

Segundo: el remake no está hecho para ti, sino que está dirigido a una audiencia nueva. La misma audiencia que, probablemente, no va a disfrutar del original porque no es un producto de su tiempo.

Ok, está bien, terminé hablando sobre los remakes. Pero prometo que no era mi punto.

La película original de Robocop me parece una fucking obra de arte. Para mi gusto, lo único bueno que tuvo la época de los 80 fue el cine. Sobretodo el cine de ciencia ficción. Creo que tiene mucho que ver conque en esa época los productores se interesaban más en vender y sorprender al público y lanzaban películas que provocaban controversia. Robocop no es solamente una película violenta, es perturbadora. La pandilla que mata al protagonista es la maldad encarnada, los comerciales que van apareciendo a lo largo de la película muestran un futuro siniestro y brutal, y lo hace con una naturalidad, mostrando algo tan cotidiano, que termina siendo aún más espeluznante. Y en ese mundo tan lúgubre y angustiante, se alza la figura de Robocop. Las implicancias y simbolismo religioso de la película es algo que el mismo director, Paul Verhoeven, quiso introducir explícitamente. El salvador de la humanidad, un producto corporativo que se rebela ante la inhumanidad de sus creadores aún habiendo perdido la suya propia, y se pone de nuestro lado ante el crimen, tanto el de cuchillo como el de corbata.

No tengo ni idea de cómo es el remake porque obviamente no lo he visto. Pero uno puede juzgar por el tono que han tenido otros remakes durante el último tiempo, son entretenidos, pero no sorprenden. Y el problema no es que sean remakes. Prácticamente todo lo es, y si ni me cree vea la serie "Everything is a Remix" porque no se salva ni Dios. No, la idea de que sólo lo que vimos en nuestra adolescencia es original y todo lo nuevo es pura basura es muy triste y peligrosa: usted no se da cuenta, pero empieza a sonar igual que sus abuelos cuando se quejaban.

El problema es la falta de cojones. El cine de Hollywood sigue siendo igual de comercial que lo era en nuestra infancia. Todo se sigue haciendo con la esperanza de vender. El problema ahora es que además intenta ser políticamente correcto con la esperanza de no ofender ni escandalizar a nadie. Es por eso que los remakes se ven tan vacíos y aburridos. No es porque falten ideas nuevas. Con todo lo que pasa en el mundo actualmente, con gobiernos cada vez más totalitarios, un acceso a la información sin precedentes pero a la vez incomprensiblemente ignorante, hay elementos para hacer ciencia ficción controversial e intelectualmente estimulante en lugar de distopías políticamente correctas y estéticamente hermosas.


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