Los nerds llevan odiando prácticamente todo lo que se ha publicado en la industria del entretenimiento en los últimos años. Y cuando digo "ellos, los nerds", no es porque me esté excluyendo. Soy, innegable y orgullosamente, un nerd. Pero no odio tanto.
Que la gente odie cada adaptación, secuela, remake y reboot no es nada nuevo. Es una tendencia. Y creo que, en parte, es por la errónea idea de que la industria del entretenimiento se debe basar en la integridad artística a la hora de producir en lugar de ganar dinero a toda costa. Como si no fuese una industria.
También está la falsa idea de que las adaptaciones deben de ser fieles. Que cuando un libro o un cómic pasa al cine los personajes y la historia deben de ser exactamente igual, párrafo por párrafo, viñeta por viñeta.
Esto no sólo es impráctico y a veces técnicamente imposible, sino que además es innecesario.
Es una adaptación. No una copia. El producto va a cambiar. El truco está en que este cambio no termine haciendo que el producto sea totalmente irreconocible, o traicione su misma esencia.
El problema, es cuando bajo esas quejas se esconde otra cosa.
En los últimos meses he visto mucha gente y muchas páginas quejándose por las nuevas adaptaciones, y en estas quejas he visto algo más profundo. Olas de indignación y odio han surgido sobre el stormtrooper afroamericano de Star Wars. Sobre la posibilidad de que Idris Elba sea James Bond. Que Johnny Storm de los Fantastic Four sea interpretado por un actor de color. Que la nueva película de Ghostbusters tenga un elenco completamente femenino. La sugerencia de que The Doctor sea una mujer en la siguiente regeneración.
Hay nerds odiando estas elecciones diciendo que están en contra de los reboots y los remakes, que es una ofensa a los creadores, que va en contra de como siempre han sido las cosas, que es sobre ética en el periodismo o cualquier otra excusa sin sentido con tal de esconder lo que es básicamente racismo y misoginia.
El problema está en que no hay nada en el canon de estas franquicias que pueda, sin lugar a dudas, negar toda posibilidad de ninguna de estas elecciones. Sí, son desviaciones del material original, pero no hay nada en estos cambios que alguien pueda decir "esto va a cambiar totalmente la esencia del personaje". Todo esto está, objetivamente, dentro de los términos aceptables de lo que es una adaptación.
¿Por qué esto importa?
Piensa en como uno cree que las pistolas con silenciador no hacen ruido, o que cuando un paciente entra en paro cardiaco se le debe aplicar un defibrilador, o que un golpe en la cabeza de deja inconsciente pero que después uno despierta sólo con un dolor de cabeza. Todas estas cosas son nociones aceptadas como lógicas porque las hemos visto en la tele y en el cine una y otra vez, pero rara vez uno ve estas situaciones en la vida real. Y por eso, uno sin darse cuenta acepta todo esto como algo real y perfectamente natural.
De la misma forma, si uno pasa toda la vida viendo que los personajes femeninos son poco importantes y carecen de desarrollo, o que los protagonistas son siempre caucásicos y sólo los secundarios son de otras razas, terminas aceptando esas cosas como algo normal. Como si fuesen personas de segunda categoría, sin importancia. Y eso, es peligroso.
Se supone que los nerds tenemos que ser diferentes. Que somos pocos y que por lo tanto deberíamos simpatizar con otras minorías, que leemos más y por lo tanto deberíamos ser más educados, tener una mente más abierta. Aprendí sobre discriminación y racismo leyendo X-Men, descubrí la importancia de un personaje femenino fuerte viendo Buffy y Battlestar Galactica, crecí siendo tolerante, racional y optimista viendo Star Trek.
Darme cuenta que todo este odio ignorante (porque no es una elección o una opinión, es ignorancia) disfrazado de nerdismo escondiendo a un racista o a un misógino, duele más.